El otro día tuve que llevar a mi madre a una consulta en uno de los hospitales de mi ciudad y cada vez me doy cuenta de que los médicos en muchos casos se dedican a pasear en lugar de atender a los pacientes que abarrotan las salas de espera. Por lo menos el otro día no tuve que esperar demasiado tiempo ya que mi madre tenía el primer turno de visitas a las ocho y cuarto de la mañana, pero no quiero saber lo que tendría que haber esperado si le llegan a dar una cita sobre las doce la mañana que seguro que ya llevan mucho tiempo de retraso acumulado por las citas anteriores.
Esto me hace pensar en Contratar lo mejores seguros de salud para no tener que ir a la sanidad pública y tener que esperar allí horas y horas. Cuando tendría unos diez años me rompí un brazo sobre las diez de la noche y hasta las cuatro de la mañana no salí del hospital y todo para que me escayolasen el brazo, considero que para que me hiciesen eso me pasé demasiadas horas esperando inútilmente, si supiese de antemano que tendría que esperar horas hubiese preferido entablillarme yo solo el brazo, por lo menos me hubiese ido a dormir antes. Ese es el principal motivo por lo que creo que es mejor tener un seguro privado que tener que depender de la sanidad pública que nunca donde sabes cuando entras pero nunca sabes a qué hora vas a salir de allí.
Veinte años después no me quedó más remedio que tener que pasar por el quirófano por una lesión de rodilla jugando al fútbol sala y por suerte me operaron en una clínica privada en la que me atendieron estupendamente y cuando iba a las revisiones apenas tenía que esperar un poco más de la hora a la que me habían citado. Eso me hizo ver la diferencia que había entre la sanidad pública y la sanidad privada y la atención recibida en los días que tuve que ir hasta allí.