En época de estudiante, las fiestas son algo que forman parte de la educación tanto o más que los libros. Las ciudades universitarias se transforman por completo al llegar los jueves, el día en el cual salen la gran mayoría de estudiantes ya que el viernes muchos regresan a sus casas. Estas fiestas comienzan temprano y no se sabe jamás cuando acaban, pero lo esperado es que sea con una sonrisa tras haberlo pasado muy bien con los amigos, y en cama para descansar de cara al día siguiente.
Pero a veces las cosas se tuercen. Todos sabemos lo que es llegar a un local abarrotado de gente y acabar dejando la chaqueta en una silla y ver como sobre ella se acumulan muchas más. Cada vez que alguien quiere recoger su prenda, acaba revolviendo el resto y moviendo toda la pila, por lo que, si hay algo en un bolsillo, es muy fácil que acabe cayéndose. Y una novatada frecuente es que, en el bolsillo, lo que haya sean las llaves de la casa.
Lo peor de perder las llaves de casa es que si se vive solo, habrá que contratar a un cerrajero para la apertura puerta en Santiago. Algunas personas, con los nervios del momento, contratan por teléfono al primer cerrajero que aparece en Google y este acaba cobrándoles una pequeña fortuna debido a que es de noche, ha sido un servicio de urgencias y mil recargos más. Lo mejor en esos casos es no perder los nervios. Si has salido con amigos, pregunta si puedes dormir en casa de alguno y, por la mañana y con calma, llama a un cerrajero para que acuda sin pagar tarifa nocturna. Para no llevarte una sorpresa desagradable, llama al menos a dos o tres preguntando los precios aproximados por la apertura de la puerta y el cambio del cerrojo.
También puedes intentar llamar a tu casero o casera por si tiene copia de las llaves, siempre que no hayas cambiado tú la cerradura. En este caso, puede darte la copia para que entres, pero también puede pedirte que cambies el cerrojo ya que no puede decirle quién tiene tus llaves y puede temer que entren en el piso. En este caso, la llamada al cerrajero ya no sería de urgencia y el precio sería más bajo, por eso siempre es preferible tomar decisiones tras un descanso.