Los lunares, llamados también nevos displásicos, son muy comunes. Prácticamente todo el mundo tiene alguno y en principio, no presentan ningún problema. No obstante, deben de mirarse con frecuencia para detectar cambios o problemas que puedan darnos a entender que podría estar desarrollándose un melanoma.
Si los lunares no cambian de aspecto ni presentan otros problemas, como picar, agrietarse o sangrar, no deben tocarse ya que no son un riesgo para la salud. Extirpar un lunar sano no evita que pueda aparecer un cáncer de piel, realmente no juega ni a favor ni en contra y por tanto es innecesario.
Si el lunar aumenta de tamaño, se vuelve más grueso, pica o tiene cualquier otro cambio que nos llame la atención, el primer paso es consultar con un especialista dermatologia medica quirurgica Vigo para que lo examine. El especialista será el que decida si puede o no ser conveniente su extirpación.
En el caso de que se decida quitar el lunar, la intervención es muy sencilla y tiene carácter ambulatorio. El médico cortará el lunar y, tal vez, algo de tejido a su alrededor. Normalmente, con uno o dos puntos es suficiente para cerrar la herida. Le dará al paciente algunos consejos para la correcta cicatrización y, si es necesario, le indicará que debe de volver para quitar los puntos o hacer alguna cura.
Normalmente, el lunar se envía a un laboratorio a analizar para saber si realmente era maligno. En caso de ser así, podría ser necesario realizar alguna otra prueba para asegurarse de que todo el tejido ha sido extirpado o para saber si es preciso realizar algún tratamiento.
La detección precoz es la mejor herramienta con la que se cuenta para luchar contra el cáncer. Por eso, es muy importante revisar los lunares con frecuencia. Cuando están en zonas ocultas a nuestra vista, como la espalda, podemos ayudarnos con un espejo o pedirle a la pareja o a un familiar que los mire. Es conveniente que siempre sea la misma persona, ya que es la forma más eficaz de que pueda observar cambios.
Ante cualquier problema con un lunar, se debe de acudir al dermatólogo lo antes posible para que pueda actuar con rapidez. En su defecto, el médico de cabecera puede actuar como filtro, pero siempre debemos de tener en cuenta que no es un especialista en la materia.