El mercado de los Suplementos nutricionales perros se ha diversificado en la última década, dando entrada a los probióticos, hongos y otros alimentos compatibles con la salud canina. Tal es el caso de las algas marinas.
La clorela, la Ascophyllum nodosum, la espirulina y otras algas de origen marino son fuente de vitaminas, proteínas, minerales y oligoelementos. Los ensayos clínicos han demostrado el impacto benéfico de estos organismos en los procesos intestinales o en la salud capilar y cardiovascular.
Los suplementos caninos elaborados a partir de algas incrementan, en primer lugar, la salud de la piel y el pelo. Los perros son vulnerables a déficits de nutrientes esenciales, y el consumo de algas marinas les ayuda a prevenir la alopecia y la dermatitis o a combatir la formación de caspa.
El sistema digestivo también sale beneficiado con el consumo de suplementos de algas. Su contenido en probióticos nutre la flora intestinal, mientras que los polisacáridos o fibra alimentaria que posee, facilitan la evacuación de las heces y reducen el riesgo de estreñimiento.
Los ataques al corazón también son una amenaza para estas mascotas. La ingesta de algas en forma de suplementos disminuye los lípidos en sangre, lo que repercute positivamente en la salud cardiovascular. Pero además, este alimento destaca por sus aportes de ficocianina, proteína existente en las algas verdeazules que previene la artritis y otras dolencias de tipo inflamatorio.
En general, el sistema inmunológico del perro sale ganando con el consumo regular de macroalgas. Como resultado de su ingente cantidad de vitamina C, antioxidantes y polisacáridos, estos suplementos blindan el organismo contra los radicales libres, moléculas que son en parte responsables del estrés oxidativo de las células. Gracias a ello, las infecciones y patologías encuentran una mayor dificultad para infligir daño a canes cuya dieta incorpore algas marinas, entre otros alimentos esenciales.