La leche en la evolución humana

por | 14 septiembre, 2020

Recientemente ha aparecido un estudio que habla sobre los primeros seres humanos que comenzaron a beber leche pasada la infancia y cómo eso influyó en la evolución del ser humano. Los datos de este estudio han sido aprovechados por unos y otros para defender su enconada postura ante el consumo de leche, aunque probablemente el estudio no tenga que ver con esa confrontación. Al fin y al cabo, se trata de un estudio que analiza los huesos de seres humanos de hace 3.000 años, y desde entonces muchas cosas han cambiado en todos los sentidos. 

En concreto, el estudio señala que el ser humano no bebía leche porque con la adultez perdía la capacidad de digerir la leche lactosa. Pero el proceso de persistencia de la lactasa fue clave para que todo esto cambiase: la lactasa permite al ser humano digerir la lactosa de forma que ya puede beberla sin tener problemas digestivos. El hecho de que los humanos empezasen a beber leche tuvo un efecto importante en su supervivencia ya que en época de escasez de otros alimentos podían completar su dieta con leche procedente de otros animales. Y es así como la leche como alimento adulto llegó para quedarse en nuestra dieta.

Pero 3.000 años después las cosas han cambiado otro poco y muchas personas siguen mostrando intolerancia a la lactosa. Esto no quiere decir, en absoluto, que las personas con esta clase de intolerancia a la leche lactosa vayan a tener menos probabilidades de supervivencia. Por suerte, en buena parte del mundo, no existe escasez de alimentos, con lo cual se puede prescindir perfectamente de la leche.

Y, además, desde hace tiempo ya se comercializan numerosas leches especialmente diseñadas para intolerantes a la lactosa. Es una manera de que nadie se quede sin consumir leche animal, si es su deseo. Aunque la leche no es un alimento de obligada ingesta (como sabemos, cada vez son más los que defienden que debemos volver a prescindir de este alimento después de la infancia) en nuestra cultura todavía existe un gran aprecio a los productos lácteos.