Cada vez está más de moda cuidarse, y no me refiero a cuidarse sino a tener un cuerpo lo mejor posible. Los que estamos rellenitos como yo no estamos lo que se dice bien vistos y nos critican por todos los lados sin tener en cuenta nuestros sentimientos. Con el paso de los años aprendes a que no te influyan los comentarios dañinos de algunas personas que solamente quieres que te sientas mal. Lo puedo comprobar constantemente cuando voy por ahí y me encuentro con algún conocido que no sabe estar callado.
Ya se lo he dicho a todo el mundo, me pueden decir lo que quieran que ya no tengo edad para ofenderme por las palabras que me diga alguien que apenas me conoce. Si no les gusta mi cuerpo, el mejor consejo que les puedo dar es que miren para otro lado pero que me dejen en paz porque yo no voy por ahí molestando a los demás solamente por no seguir los cánones establecidos por la sociedad.
Me gusta comer sí, y comer cosas que los que sucumben por el culto al cuerpo no comerían nunca, y a mi me importa bastante poco. Siempre he dicho que iba a comer lo que quisiese, no me van los productos bajos en azúcar, ni bajos en grasas, me gusta que las cosas que como tengan de todo lo bueno. Como con los yogures, nunca he tomado yogures desnatados, siempre he tomado los yogures normales o bien de fresa o bien naturales echándoles bien de azúcar. Soy consciente de que este estilo de vida tiene fecha de caducidad, pero mientras los médicos no me quiten ni la sal, ni el azúcar voy a seguir tomándolos sin cortarme un pelo.
Está muy bien que la gente se cuide pero que dejen a los que no quieren cuidarse en paz, porque en este mundo se habla mucho de tolerancia, pero al parecer los regordetes no entramos en ningún grupo y se nos critica constantemente, y lo peor no es que nos critiquen en grupo sino que nos critican de forma individual para que nos sea más difícil defendernos.