Vinos con denominación de origen

por | 11 abril, 2024

Los vinos con denominación de origen tienen una serie de ventajas que es importante comprender. Una denominación de origen es algo más que un anota en una etiqueta, por eso es importante saber que hay más allá de, por ejemplo, un vino albariño 100% denominación de origen rias baixas.

Las denominaciones de origen nacen para garantizar la calidad de los vinos. Para poder contar con la denominación el vino debe de estar elaborado con uvas de una clase concreta o tener al menos un porcentaje de las uvas que corresponden, así como cumplir con otra serie de criterios. Así, el consumidor sabe qué tipo de bebida se va a encontrar antes de descorchar la botella.

Esto no quiere decir que todos los vinos con una denominación de origen concreta sepan igual, pero sí que tendrán unas características comunes que harán que el consumidor sepa más o menos qué va a consumir. Y, sobre todo, sabrá que no habrá un caldo que se haga pasar por un tipo de vino determinado sin serlo, ya que el sello de denominación de origen garantiza que el vino cumple de verdad con esos requisitos.

Cuando se establece una de estas denominaciones, también se consigue otro efecto, el del turismo asociado al vino. El turismo de vino o enoturismo cuenta cada vez con más seguidores. Se trata de viajes cuyo interés principal es el de visitar una zona en la que se produce un caldo en concreto para poder ver el lugar, visitar las bodegas y también saborear la bebida en su entorno concreto. Normalmente, se acompaña de turismo gastronómico ya que los vinos se consumen en restaurantes junto con comidas típicas del lugar. Y también con otros tipos de turismo, generalmente asociados al turismo rural ya que los hoteles, las bodegas y las fincas dedicadas a la producción de uva están en entornos rurales.

Este tipo de turismo ha hecho que muchos pueblos pequeños revivan al reconvertir parte de sus viviendas en alojamientos turísticos y al conseguir crear puestos de trabajo para atender a estas personas no solo en los alojamientos, también en restaurantes o en tiendas para que puedan comprar recuerdos. Se alientan además otras actividades, como las rutas de senderismo guiadas, las rutas a caballo etc.  Todo esto supone una inyección económica en zonas que, por lo general, no contaban con demasiadas fuentes de ingreso más allá de las bodegas.