Las terrazas de los establecimientos de hostelería son tan importantes que tener aunque sea espacio para dos o tres mesas puede marcar la diferencia. En según qué lugares, una terraza grande no es una opción pero que sea pequeña no quiere decir que no pueda ser altamente deseable y atractiva. Para ello, es importante una buena decoración.
La elección de mesa y sillas terraza pequeña es fundamental para que la gente esté cómoda y no ocupe más espacio del que tiene asignado. Eso sí, siempre es conveniente colocar unos separadores para delimitar el área marcada si sobrepasarla puede ser un problema, evitando así multas. Evita las sillas con reposabrazos que ocupan mucho espacio y que harán que tu terraza se vea más abarrotada. Las mesas redondas y no muy grandes son ideales para poder acomodar a dos, tres y hasta cuatro personas según las necesidades y capacidad de la terraza.
Los muebles originales, bonitos y de calidad son siempre una buena idea, pero en el caso de una terraza pequeña, son imprescindibles. Como hay que comprar pocas unidades, no nos va a importar que sean algo más caros, porque el objetivo es conseguir una imagen que haga la terraza distinta y atractiva. Procura que sean de materiales que no se deterioran con el sol o con el agua y que resulte fácil de limpiar.
Las sombrillas son importantes y deben de ser bonitas y de calidad, a juego con las mesas. Y se pueden colocar algunas plantas naturales en los límites de la terraza para darle un poco más de color. Intercalar macetas con separadores es una buena manera de crear un pequeño oasis en medio de la ciudad para disfrutar de una bebida.
Algunos locales apuestan por sus terrazas como espacios de estancia limitada para poder obtener rentabilidad de sus mesas. Pero es una idea que tiene cierto peligro ya que la gente no está acostumbrada a este sistema y puede sentirse molesta. Si se decide poner un límite de tiempo en la terraza, este debe de quedar muy claro desde el primer momento, figurando en un lugar visible y fácil de leer. Y debe de ser un tiempo razonable para poder tomar una consumición, pero también para disfrutar de un rato socializando ya que no hay que olvidar que la gente acude a los establecimientos no solo a beber algo, sino a hablar y estar con la gente.