Recuerdo cuando me despidieron de mi anterior trabajo tuve que consultar con unos abogados laboralistas vigo para que me explicasen un poco de lo que me querían hacer en el trabajo y gracias a ellos supe lo que hacer perfectamente. Mi ex-jefe pretendía echarme sin cobrar nada durante unos meses sin definir y la otra opción era la indemnización y los abogados me explicaron que lo de echarme un tiempo sin cobrar un duro era una clásica triquiñuela de los jefes porque a partir de un tiempo desde que te han echado el jefe ya no tendría obligación de pagarme nada, así que lógicamente preferí la indemnización antes de que mi jefe intentase jugármela.
No entiendo como los jefes pueden llegar a hacer jugarretas de ese estilo a trabajadores que se han dejado la piel para que él se haya enriquecido y que no te ha agradecido nunca tu esfuerzo. Es más, este jefe que tenía normalmente nunca se pasaba por la nave pero cuando se pasaba era solamente para molestar, porque parecía que cuando venía tenía que estar pendiente de lo que él quería en lugar de terminar el trabajo diario que tenía que hacer. Un día que me estaba estresando se lo dije, que me estaba entreteniendo y que necesitaba el tiempo para que los pedidos saliesen a la hora que habíamos programado con los transportistas y para mi sorpresa desde ese día esperaba a que tuviese los pedidos hechos para venir a pedirme que hiciera cosas no relacionadas con los pedidos de la empresa. Eso me enseñó a decir siempre las cosas a la cara, aunque fuese a mi jefe y hasta creo que él agradeció la franqueza con la que le hablé y se dió cuenta de que me importaba tener mi trabajo bien hecho.
No he vuelto a tener un trabajo en una fábrica de este estilo y he de decir que tampoco lo echo demasiado de menos porque me ahorro bastantes enfados con las compañeras que tenía en esa época. Por lo que he sabido con los años esa empresa ha desaparecido, por lo menos del polígono industrial en el que estaba, a lo mejor se han cambiado a otro polígono.