Cuando nos hablan de cáncer de hígado es difícil hacer diferencias porque todo nos parece lo mismo. Sin embargo, la diferencia entre un cancer higado metastasis y un cáncer de hígado es muy importante en el tratamiento y también en la esperanza de cura.
Un cáncer de hígado es un tipo de cáncer que afecta a este órgano tan importante y vital del cuerpo. Existen diferentes tipos de cánceres en el hígado aunque de modo general nos referimos a cáncer de hígado para cualquiera que comienza en este órgano. A partir del mismo, el cáncer puede extenderse a otros órganos, es lo que se llama metástasis. Lo habitual es que afecte a órganos cercanos pero también puede llegar a órganos muy alejados viajando a través del sistema linfático.
Pero también puede ocurrir exactamente lo contrario y es que el cáncer que se origina en otra parte del cuerpo acabe formando una metástasis en el hígado. En este caso, no estaríamos hablando de cáncer de hígado, sino de cáncer de mama, o de colon, por poner ejemplos, con metástasis en el hígado. Y es que lo que hay que tratar realmente es el cáncer de origen ya que este es el tipo de enfermedad que nos encontramos.
Cuando se detecta una metástasis pero no se había detectado el cáncer original el problema suele ser serio porque indica que la enfermedad ya está avanzada y no se ha tratado. El médico deberá de realizar una evaluación muy importante del paciente para ver si hay más órganos afectados y qué tratamiento será el más indicado en ese punto de la enfermedad.
En ocasiones, se trata el foco inicial del cáncer y parece que todo haya concluido con éxito. Pero pasado un tiempo, incluso pasados meses, aparece la metástasis en el hígado. Esto es debido a que las células cancerígenas ya habían pasado al sistema linfático, de donde es muy difícil eliminarlas. Consiguieron así burlar los tratamientos y permanecer activas hasta que , en el momento adecuado, se instalan en el hígado y desarrollan allí la enfermedad.
Los cánceres por metástasis suelen ser un diagnóstico preocupante ya que igual que se ha desarrollado en ese órgano podría aparecer en otro ya que es muy difícil saber si hay más células cancerígenas en el organismo. Sin embargo, si se trata a tiempo el diagnóstico puede ser muy bueno ya que no necesariamente tiene que volver a aparecer.