La calvicie androgénica está causada por la testosterona, que puede sufrir cambios y afectar al folículo piloso. Dado que la testosterona es la hormona masculina, afecta principalmente a los hombres y tiene un componente genético. Pero las mujeres también tienen testosterona y en algunos casos sus niveles pueden alterarse y sufrir este tipo de calvicie.
Por ahora, se desconoce la cura definitiva para este problema, pero sí hay tratamientos muy efectivos que pueden ralentizar la caída del cabello. Sin embargo, estos tratamientos no son los que muchos piensan: champús y lociones de supermercado. Se trata de productos médicos que realmente hacen la función que prometen. El encargarlo de recetarlos es el dermatologo especialista en tratamientos pelo una vez examinado el paciente y visto su caso en concreto.
Si la persona acude al dermatólogo cuando el cabello comienza a caer, tendrá muchas posibilidades de retrasar la caída y mantener su pelo durante mucho más tiempo. Pero incluso cuando comience a notarse la pérdida del cabello hay formas de tratarse. La que mejores resultados da en los últimos años es la técnica de trasplante pelo a pelo.
Esta técnica permite rellenar las zonas en las que el cabello está muy ralo o incluso cubrir una calva usando el propio pelo del paciente. Se toma cada pelo de la zona de la nuca, donde siempre crece con más fuerza, y se injerta en el área que precisa de más densidad.
Es posible combinar el trasplante de pelo con el tratamiento para ir paliando la pérdida paulatina. Porque hay que tener en cuenta que el cabello trasplantado no cae, pero sí cae el propio que no se ha tocado, lo que hace necesario que cada cierto tiempo se realicen retoques para rellenar los nuevos huecos.
Al hacerlo de esta manera, injertando según se necesita, el resultado es mucho más discreto y natural ya que no se espera a tener grandes entradas para comenzar el tratamiento. Además, el precio de este tipo de técnicas depende de la cantidad de cabellos injertados, por lo que cada intervención será económica y al estar espaciadas no es lo mismo que tener que pagar una gran cantidad de cabellos.
Con esta técnica combinada se reducen también el número de pinchazos por lo que el riesgo de infecciones y de problemas es mucho menor. Y, sobre todo, la persona nunca se va a ver con calvas o grandes entradas, lo que es muy bueno para su autoestima.