Mi hermano no acaba de tomar la decisión definitiva sobre qué va hacer con su casa. Tanto él como su mujer han estado los últimos años mirando diferentes opciones, pero nada les acaba de convencer del todo. Lo sí tienen claro es que algo quieren hacer, aunque no saben exactamente el qué.
Lo primero que pensaron fue en una reforma piso porque se les había quedado un poco pequeño. Aunque no podían ganar metros cuadrados sí que tenían la opción de ampliar el espacio de forma psicológica tirando el tabique que separaba la cocina del salón: de esta forma generarían un gran espacio en esa zona que sería el eje de la casa. Y así lo hicieron y quedó estupendo… pero ellos no parecían todavía satisfechos.
Mi cuñada trabaja en un colegio que está bastante lejos de donde viven y esa es una de las razones por las cuales empezaron a valorar la posibilidad de alquilar su casa actual y buscar otra vivienda más cerca del colegio. Como su casa es muy céntrica, han estado pensando en transformarla en una vivienda vacacional que están muy de moda y, al parecer, aseguran una buena rentabilidad.
Así que pidieron consejo a un amigo que ya lo había hecho. Este les recomendó hacer otra reforma piso para adaptarlos a la tendencia habitual de los pisos turísticos. Hay que tener en cuenta que la mayoría de la gente que alquila esta clase de pisos lo hacen basándose en las fotografías que ven en internet y las opiniones de otros usuarios.
Los baños y los dormitorios se han quedado un poco viejos y es probable que también necesiten un lavado de cara, sobre todo de mobiliario. Pero tras la primera reforma del piso, ahora quieren estar totalmente seguros de que van a comprar otro piso y dejar este en alquiler. Porque si por ellos fuera no harían ya más reformas.
Y en esta tesitura están. Todo indica que si transforman su piso en una vivienda turística van a salir beneficiados pero antes deben comprar un piso para ellos, que nunca es tarea sencilla.