UNA ÉPOCA GENIAL

por | 31 agosto, 2022

De toda la vida me han encantado los bocadillos de calamares, y cuando estaba en el instituto hacían unos bocadillos en la cafetería de mi instituto que eran puro vicio, ya que eran unos bocadillos bastante generosos y muy baratos. No es que hubiese demasiado donde escoger en la cafetería pero el bocadillo de calamares era mi favorito, pero mucha gente prefería el de tortilla de patatas. El bocadillo de calamares lo tenían todos los días y era porque tenían un Proveedor de calamar patagonico congelado que les traía mercancía cada muy poco tiempo. Y lo sé porque años después me hice amigo de uno de los hijos del señor que se encargaba de la cafetería de mi instituto y fue él quién me dijo lo del proveedor.

Durante esos años de instituto me lo pasé genial, ya que estaba acostumbrado a que me tuviesen atado en el colegio y al llegar al instituto me encontré que podía hacer casi lo que me diese la gana, aunque no me daba cuenta de las consecuencias que ello conllevaba, cuando me di cuenta de las consecuencias ya era demasiado tarde y no había nada que hacer para mejorar mis notas. Al final sí que conseguí aprobar en el instituto, pero mi trabajo me costó ya que durante bastante tiempo había faltado a clase con algunos de mis amigos del instituto. Con ese grupo de amigos formamos el mejor equipo de futbito en el que he jugado hasta la fecha, y casi siempre ganábamos la liga interna, algo que molestaba bastante a los profesores. Porque no les gustaba que las competiciones deportivas las ganásemos los que no solíamos ir a clase. No hace muchas semanas que me he encontrado con el que era mi compañero de pupitre del instituto, y mi relación con él es la misma que teníamos cuando nos conocimos, parece que entre nosotros no ha pasado el tiempo y eso es algo que solamente me pasa con él y con mis amigos del colegio. No me arrepiento de no haber sido un buen estudiante, pero sí que me podía haber esforzado un poco más.