Agricultura y ganadería sostenible

por | 22 agosto, 2019

He tenido la suerte de trabajar durante varios años para una empresa vinculada el sector lácteo que ha apostado decididamente por la cultura ecológica. Y digo suerte porque siempre había querido poner mi granito de arena en construir un mundo más sostenible y respetuoso tanto con el medio ambiente como con los animales. Yo soy de las que creo que otro mundo es posible también cuando hablamos de agricultura y ganadería. 

Todos estudiamos ambas actividades en el colegio y las englobábamos de forma muy genérica como “actividades del sector primario”. Supimos, ya siendo niños, que gracias al cultivo y a la domesticación de animales el ser humano dio un salto adelante que le sirvió para evolucionar tanto físicamente como socialmente. Pero estamos en el siglo XXI.

Hoy en día puedes ir al supermercado y comprar Leche desnatada sin lactosa Ecológica certificada. Hace muchos siglos nadie se preocupaba del término ecológico, pero desde siempre el ser humano ha entendido que la producción no debe estar reñida con la sostenibilidad, aunque este concepto tampoco existiese como tal. Pero el agricultor o el ganadero sabía que si intentaba producir por encima de las posibilidades del medio ambiente, a la larga, sería un fracaso. Hay que respetar los tiempos de la naturaleza para poder producir.

En eso se base el cultivo ecológico, también llevado a las explotaciones ganaderas vinculadas al sector lácteo. Se trata respetar el medio ambiente para no sobreexplotarlo. Porque si se sobreexplota el campo o los animales, la naturaleza reacciona, y no para bien. Ya sabemos a dónde conduce centrarse solo en la productividad. Por eso, que empresas punteras traten de virar hacia posturas comerciales más responsables me llena de orgullo. 

Durante años, he estado colaborando en este cambio en el sector. Y si hoy un cliente de cualquier parte de España puede ir a su tienda de confianza y comprar Leche desnatada sin lactosa Ecológica certificada es que algo está cambiando para bien. Porque no se trata solo de una moda ni una estrategia de marketing, se trata de volver a pensar en la naturaleza como nuestro hogar, y no como algo a esquilmar para producir riqueza sin ningún control.